Conocí el mundo de la interpretación por primera vez estando en el colegio, había una actividad extraescolar en la que habían formado un pequeño grupo de teatro, dirigido por la profesora de lengua, se llama Grupo de Teatro Tauro.
No recuerdo muy bien cómo me decidí a entrar allí, yo era una niña muy tímida y el teatro te expone ante el público.
La profesora, centraba el aprendizaje en el teatro clásico, y la obra estrella, que repetíamos cada año, era “Don juan Tenorio”. Siendo de las más pequeñas del grupo y recién llegada, empecé interpretando personajes sin texto para poco a poco ir consiguiendo, una pequeña frase en “Romeo y Julieta”, una monja con un párrafo en “Don Juan”, el marido de la protagonista en “Cómo casarse en 7 días”…
No pude evitar enamorarme de esas experiencias, de romper y superar mis propias barreras, que la timidez me imponía, del miedo y los nervios antes de salir a escena, la adrenalina del día del estreno, la felicidad de que todo hubiera salido bien y el abrazo del público con sus aplausos…
Después un cambio de colegio y la edad, me hicieron tener que centrarme en los estudios, y dejar el teatro de lado, pero siempre siguió a mi lado, cuando por fin tube la estabilidad de la vida adulta, que te da el dinero de poder hacer lo que realmente te gusta, pero a la vez te roba el tiempo, me puse a buscar escuelas que se adaptaran a mi horario, para volver a revivir esas maravillosas sensaciones.
Con la pandemia, el mundo parado, tuve que volver a dejarlo, deseando que llegará el momento de volver de nuevo, pero esta vez, quise probar nuevas experiencias, y me lancé a la interpretación en cámara, una misma profesión actriz, pero un medio tan distinto al teatro…que me volví a enamorar de los nuevos retos que me planteaba.
Actualmente me encuentro estudiando interpretación en cámara, feliz, maravillada y enamorada, como siempre, de la interpretación.